miércoles, 30 de junio de 2010

De vuelta al viejo Dojo

Había llegado la hora. Me acerco a mi guardarropa, extraigo de él mi viejo uniforme, está limpio, lleva ya algún tiempo guardado, aún conserva el aroma a limpio, ¡cúanto tiempo ha pasado desde la última vez que ese uniforme cubrió mi cuerpo! Extraigo con cierta solemnidad la cinta, aquella vieja cinta que casi ha perdido su color, sé que tengo otro par, una nueva, la otra con un mínimo uso. Pero mi cinta tiene un gran valor, fue un regalo de mi mejor amigo y maestro. Me la entregó el día de su graduación a segundo Dan, la puso en mis manos y me dio un fuerte abrazo. Creo que esa cinta me recuerda el gran cariño que le tengo, y que él me tiene a mí, y por eso la valoro tanto.

Guardo mi uniforme en la mochila, doblado y cuidadosamente dispuesto para evitar que se arrugue. No lo plancho, sólo lo acomodo así, como lo saqué del guardarropa. Tomo mi mochila y salgo de casa. De camino me siento algo extraño. Estoy algo nervioso, debo admitirlo, no sé exactamente por qué. Me causa cierta intranquilidad saber que veré a mi maestro, saber que algo me dirá. Tal vez un reproche, tal vez una bienvenida, no lo sé, eso no me deja estar. Además el dolor en mis rodillas que no sé si me dará libertad de movimiento. Aún así condusco con cierta velocidad, pero sin prisa.

Al llegar bajo tranquilamente de mi automovil. Me acerco a la puerta, veo que todo está justo como lo recordaba. Entro, saludo y comienzo a subir las escaleras. Las primeras caras conocidas me sonríen al verme. Al llegar arriba veo a mi antigua compañera dando clases a los nuevos pupílos. Le pido permiso para entrar a su clase, ella acepta, pero me advierte que más tarde llegará nuestro maestro, el sensei, y dará una clase. Voy al vestidor, me pongo mi uniforme, saco la cinta con solemnidad y orgullo y la amarro en mi cintura. Siempre hay una especie de rito, hago el nudo con sumo cuidado, al revisar que ambas puntas de la cinta estén parejas sé que algo ha cambiado en mí. Me acerco a la orilla del Dojo y pido permiso para entrar.

Mis pies descalzos entran en contacto con la madera. ¡Qué sensación! La maestra, mi compañera, me pregunta si entrenaré o si esperaré. Sólo quiero probar mis rodillas, haré el calentamiento. A los pocos minutos el sudor perlea mi frente. Me duele la espalda, las piernas, los brazos. Siento como mis huesos truenan al producirse el movimiento. Al terminar el calentamiento me pesan las piernas, parece que no las podré mover, pero la clase ha comenzado. "Haz sólo lo que quieras" me dice mi compañera. Yo sigo su clase unos veinte minútos. No puedo más, pero sigo adelante. Esucho la puerta abriéndose, ha llegado el sensei.

Me mira con cierta admiración. Saluda con una sonrisa. Luego se va a cambiar. Entra portando su uniforme. Mi clase ha terminado por un momento. Puedo respirar, puedo platicar con mi compañero y maestro que acaba de llegar. Termina la clase que había iniciado mi compañera y concluido el sensei, ha llegado la hora. A la voz de "alineados" las tres personas que permanecemos ahí nos formamos, entonces llega el saludo.

Ya no hay tiempo ni espacio. Estoy yo y mi cuerpo ya cansado, absorbiendo energía de dónde puede: de mi interior, de mis compañeros, de mi sensei, del Dojo, de las personas que miran desde fuera. Y luego, la despedida. "Gracias, profesor". Un saludo profundo a mis compañeros, al espacio. Y nuevamente al vestidor. Mi cuerpo está renovado, siento el cansancio en todos mis músculos, pero no me pesa, me siento tranquilo, mi espíritu está en paz. Me siento de buen humor, puedo sonreír.

Cuánta falta me hacía. Entonces no puedo dejar de recordar las palabras que mi amigo y maestro me dijo hace ya más cinco años: "Puedes alejarte del Karate, pero siempre volverás a él, puede que a veces te de mucho gusto, otras veces flojera, otras veces hastío, otras veces miedo, pero te llamará cuando tú lo necesites" Y al sentirme tan satisfecho, recuerdo entonces las palabras de mi sensei: "El Karate no debe quedarse en el Dojo"

Entonces cierro mi puño, mi mano vacía y pienso "quiero aprehender Karate"...

martes, 29 de junio de 2010

Al final del tunel





Siempre he querido hacer una buena toma de la luna rodeada de nubes. Como de una postal. Creo que necesito un tripie, y cambiar al fotógrafo. Esto es lo que logré luego de imporvisar un tripie con unas escaleras de tijera, algunas credenciales, un cuaderno y dos libros, (entre ellos "Las penas del joven Werther" de mi amado Goethe). Espero sean de su agrado y que valgan la pena los piquetes de mosquito que conseguí por tratar de tomar fotos desde mi jardín a media noche.

Sé que no es lo que quería lograr, pero quizá algún día... o mejor dicho, una noche.

Red Moon

I can see the red moon in the top of the sky
In that night, when the light in the water
Looks like the blood of the sea,
A new hope for an eternal creature
A new wish for an old and tired vampire
Who emerges from the deepest oceans
Just to see the light, just to keep it within
The one who wants to die
But must live, until the end of the time
And maybe within a dream.

I would like to sleep this red night
And dream with the end of the world
And, when I awake, see you by my side
Holding me so hard that I could feel your heart
Then, weak, I’ll die in your arms
Tired of the war, tired of this life
Pleased because I could see that light in your eyes
Just one more time, then the eternal darkness
And you until the end of time

After this holy night I’ll see my world in your eyes
I pray to you, my goddess, I’ll claim your name
In the woods, between the trees, in the clean water
Of a cold lake, where your image will burn my loneliness
Your red light, my eternal moon, inflames my soul
And let me vanish until the end of the world.

You have broken the darkness in my soul
Life and death have gone with you
That’s just me; I’m at your service
Inflame me with the fire of the (sad) forgotten ghost
You were here before the storm,
Despite I couldn’t see you, I felt you
Now you are the rain, voice of the wind
Oh, sweet child, as trees in the forest
I will listen to you ever after.

La tumba a mitad del camino

Al llegar el amanecer los amigos de un vampiro
lloraban amargas lágrimas de sangre.
Llevaban su cuerpo desmembrado por los demonios
y calcinado por el sol dentro de un féretro de plata.
-Ay de ti, Apocalipsis- se lamentaban
-¿qué será de tu camino, de aquella senda que, sin ti,
hoy se ve tan desolada?-

Al apuntar el medio día, teniendo el sol pleno
sobre sus cabezas, aquellos seres inmortales
colocaron el féretro bajo tierra, lo cubrieron
con tierra negra y frescas y puras lágrimas.

Entonces, ante el asombro de todos, comenzaron a brotar
rosas negras sobre la tumba de Apocalipsis.
Un sentimiento extraño invadió a todos los presentes
como una vana alegría, cubierta
con una capa de melancolía y un dejo de nostalgia.
Sorprendidos, guardaban silencio, mientras meditaban
aquel presagio en sus corazones.

Finalmente una de entre ellos, la más vieja, habló asi:
-Tal parece, amigos míos, que contemplamos los restos
de aquella alma inmortal que un día creó un camino
único e irrepetible y hoy sólo deja en su camino
la huella de su último paso tambaleante y
con hermosas rosas perfumadas quiso manifestar
la gloria de su última caida, para que todo mortal
que de lejos admire su senda imposible de andar
diga con lástima y pesar en el corazón:
"ahí murió Apocalipsis!-

Y tras estas palabras todos se undieron
en el más profundo silencio, mirando la tumba
llena de rosas .

Apareció entre ellos un hombre
con cierta belleza divina, ellos no le reconocieron,
él al verlos a todos cabizbajos
de esta guisa les habló:
-¿qué hacen ahí, insensatos,
llorando la muerte de un inmortal? ¿por qué
son tan necios y de corazón tan cerrado?
¿para qué están aqui, inmoviles, esperando un milagro?
¿cómo es que teniendoojos no ven más allá
de su tristeza y malinterpretan la revelación?
Díganme, ustedes que aman a Apocalipsis,
¿para qué querría él marcar su caida,
si no para dar gloria al lugar
de donde, triunfante, se ha levantado?
¿para qué marcar el final de una era
si no para demostrar el comienzo de otra mejor?
¡qué pena me dan, pues creen que Apocalipsis
ha muerto en vano!-

Aquellas palabras contrariaron a los presentes
y un nuevo sentimiento se anidó en sus corazones,
entonces, a plena luz del día, ellos abrieron
sus ojos y contemplaron al recien llegado
en todo su esplendor.
Se llenaron de alegría y la más bella,
invadida por una inspiración divina, dijo:
-el camino es Apocalipsis
y Apocalipsis es el camino-

Diciendo esto tendió la mano al forastero
y lo estrechó en un fuerte abrazo,
todos lo había reconocido...

sábado, 26 de junio de 2010

A monster rising

Have you ever felt a rage growing in your heart just because...? Have you ever felt the hate running trough your veins and driving you mad?

My Wolf has already awoken and it wants revenge... It's time to hunt, it's time to kill, I want flesh, I want to see the pain in a pair of innocent eyes. A scream is just like a beautiful symphony, tears are like wonderful diamonds.

Could I come back? Could I give a huge again? Could I say words of comfort?

Have you ever seen yourselves into a mirror and get scary of what you saw?

De Nada

Al principio Nada existía. Nada prevalecía en la oscuridad y el silencio y dormía en perfecta armonía consigo misma. Nada tuvo un sueño que la despertó. Al despertar se contó su sueño e hizo una canción que se lo recordara. Nada desgarró el silencio, que era parte de ella, y de su canto surgieron diminutos puntos luminosos que se esparcieron por toda ella. Nada desgarró la oscuridad con una pequeña luz azul producida por su canto. Y vio lo que había hecho y se retractó a la oscuridad y al silencio, dejando a su canto y a su luz subsistir por sí mismos.

Los pequeños astros luminosos habían nacido del canto de Nada, y quisieron, en agradecimiento, ofrendar su luz azul a Nada, y bailaron en armonía con el canto, en una danza perfecta, armónica, exacta, en la cual cada astro giraba y se movía. Y la danza de los astros fue agradable a Nada. Ella les regaló su canto, y su oscuridad para que la iluminaran con su luz azul.

Y Nada regresó al silencio y la oscuridad de sí misma y volvió a dormir.

miércoles, 23 de junio de 2010

¿Reggetoneras?

¿Saben? Jamás me había percatado de un detalle, hasta que el día de hoy mis "finísimos" vecinos (Ya saben, de esa gente culta y bien instruida con quien siempre es un placer intercambiar alguna palabra) me hicieron caer en la cuenta de que no hay reggetoneras. Con ello no quiero ofender a ninguna chica inteligente que guste de "tan elaborado género musical", sino que no hay feminas que sean solistas en susodicha porquería.

Al menos ninguna conocida, o famosa. Tal vez en el lo más bajo de los barrios bajos haya alguna cantante que se dedique ganar dinero fácil, pero yo, estando rodeado de tanta gente conocedora del género, jamás he escuchado a una chica a no ser en algún coro de hombres patanes. ¿Me pueden decir a que se debe esto?

Por principio pensé que tal vez las mujeres tienen un poco más de dignidad que los varones y por eso les daba vergüenza, mas esa premisa pronto perdió validez, puesto que hay mujeres cantando los coros y diciendo frases tan cultas como "dimonos fuegote" o "papi dame lo que quiero" o "todas mueren por ti". Así que no es eso. Además no solo hay chicas que cantan en los coros, las he visto en los microbuses tararear aquella canción que las trata de perras con singular naturalidad. Y peor aún, las he escuchado decir "es que se baila de maravilla".

Así que mi siguiente premisa, a menos de que alguien tenga una mejor, es que las chicas que gustan de esa música no tienen suficiente seso. Y explico por qué. Primero, si tuvieran algo de cerebro no les gustaría ese tipo de lo que sea (porque música no es), segundo, si el punto primero es cierto (y yo no le encuentro falla a mi lógica) es obvio que una chica no pueda escribir una canción. ¿Se imaginan lo que diría una canción de una mujer? "Papi, la tienes bien grandota y dura como me gusta" o "sé que mis senos te enloquecen" u "hoy me voy a repasar a todos tus amigos" o "una vez que entras ya no sales" o porquerías mucho peores.

Esperemos que su "degénero" "musical" no progrese, porque ya es bastante desagradable escuchar a hombres ladrando incoherencias y vulgaridades. Y para terminar, una petición, aunque sé que las tres personas que me leen nada pueden hacer al respecto, pero "no expongan a los niños a esa basura". Ya bastante tienen con la pésima educación y las señales de televisión que los inundan de vana mundalidad como para que además crescan siendo vulgares.

lunes, 21 de junio de 2010

Ya no existe la magia

Hoy vivimos en una época llena de avances tecnológicos. Los seres humanos nos vamos haciendo cada vez más mecánicos. Todo se torna automático e inconciente, desde nuestra manera rutinaria de vivir, hasta nuestra forma de relacionarnos con las personas.

Pero ¿quién como yo aún puede recordar aquellas época de antaño? Sí alguno aún tiene memoria, entonces podrá recordar la vida sin celular, cuando los mensajes se mandaban con la mente. Cuando podías saber de tus amigos mediante sueños, cuando podías sentir a ser amado en la distancia.

Sí, es cierto, ya no existe la magia. Todo aquello ha terminado. Pero si alguno tiene la edad suficiente, tal vez aún pueda recordar aquel tiempo... la época de las canciones, cuando los bardos narraban las verdaderas historias. Aquellas historias que han ya desaparecido, aquellas historias que se han perdido para siempre porque jamás las cantaron en "itunes".

Yo no soy bardo, y a mi edad la memoria ya no es un privilegio... pero quizá aún exista alguien que pueda recordar la antigua canción del bardo...

La antigua canción del bardo

Por los bosques de Arwere caminaba la bella Anoire,
sus cabellos eran de oro, su piel brillaba como la luna,
en sus ojos se reflejaban las tormentas veraniegas,
sus manos suaves, pero fuertes, eran diestras en las artes de la guerra,
sus oídos escuchaban las secretas voces de los árboles,
de sus labios las canciones fluían, como de una montaña los ríos,
y su voz era tan dulce que con ella el bosque florecía.

Anoire se bañaba en los ríos de cristalina agua helada,
se alimentaba con los frutos que el bosque gustoso le daba,
dormía durante el día, oculta en la copa de un árbol,
de noche danzaba descalza y la lluvia besaba sus pechos.
Vagaba sola siguiendo el curso de la luna,
a ésta le cantaba sus canciones y ella, agradecida,
iluminaba su camino con la luz más blanca que ha iluminado la tierra.

Las elfas de su pueblo la habían desterrado por envidia,
porque Anoire era de todas la más bella, no había flor,
árbol o estrella que no admiraran a la hermosa muchacha.
El principe Neár pretendió su mano, mas Anoire, tímida y modesta,
no quiso aceptar tan gran privilegio.
Entoncés las demás elfas la acusaron de haber embrujado a Neár,
le arrancaron sus blancos vestidos, y la desterraron
empujandola hacia Arwere, donde Anoire desde entonces
vagaba desnuda y sola.

Neár la buscó durante siglos. Finalmente, depirmido
contrajo nupcias con Ilsae, princesa de un reino vecino,
mas Neár jamás pudo olvidarse de Anoire y finalmente,
murió de tristeza, a la sombra de un árbol en los bosques de Arwere.
El árbol sepultó con sus raices al rey Neár,
y floreció como ningún otro en el bosque.
Las voces del bosque llevaron la noticia a Anoire,
quien, rauda, acudió a contemplar el prodigio,
el árbol de Neár lloraba lágrimas de sangre y fuego,
mas al sentir la mano de su amada acariciando la corteza
dejó caer todas sus flores, haciendo una alfombra
para que se recostase su amada. Anoire lloró
lágrimas tan puras que al contacto con las flores
éstas se convertían en luz,
formando una pequeña fuente luminosa en torno al árbol de Neár.

Entonces Neár y Anoire unieron sus voces,
y su canción se escuchaba en el murmullo del viento.
Anoire se convirtió en una lágrima suya,
y el árbol de Neár se sumergió en en ella.
La fuente de luz se convirtió en un río
de sangre y fuego. Y, en las noches de luna llena,
a quien tenga oidos agúdos, se mostrará la canción
de Neár y Anoire. Y escucharán el lamento del bosque.

Ellos protegen los bosques de Arwere, y
en agradecimiento, reciben una ofrenda de frutos
y flores y luz y sangre y fuego...

domingo, 20 de junio de 2010

A Light that goes out

I still remember when I told her for very first time "take me out tonight, where there is music and there is people and they're young and alive" by messenger. My heart was broken, my soul almost dead, there were tears in my eyes when I wrote "to die by your side is such a heavenly way to die". That Morrissey's song change my life forever after. While I was telling her "I love this song" I was trying to make her understand the lyrics of the song were just what I wanted to tell her... but I think she didn't understand, or did she?

A Light that never goes out, but always goes away...

Sometimes I felt blue because of her. I really love her, but she has showed me that love is pain. I can't believe people can break a good friendship just because... I can't believe she values me in so little. Recently I understood I was not for her what she is for me and I didn't care because I thought at least we were friends, close friends... Sometimes I told her she was my child... I think that's it. Like a father.

Today I'm feeling blue, tomorrow I'll be black again... It's really sad I have lost her for nothing. Anyway, I know I'll always miss her. Another Light goes out in my life... And my heart is little by little a little more dark.

martes, 15 de junio de 2010

Buscando a Luzbel

Las despedidas sí que son tristes...
Tenía unos veintiocho años y había llegado la hora de partir. Había pasado una buen a temporada en aquel lugar. Mis sobrinas me miraban algo acongojadas sin entender que era lo que estaba pasando exactamente. Mi primo me abrazaba y me deseaba suerte. Mi hermano lloraba, mis padres no decían nada, sólo se encargaban de repartir la comida para todos los comenzales.

¿A dónde iba? No lo sé. No tenía rumbo, dirección, o lugar al cual dirigirme. Lo único que tenía era la certeza de que era hora. Debía partir de mi propia casa. Sin darle mucha importancia subí a la camioneta. No entendía muy bien lo que estaba pasando, no sabía si habría de regresar o no, no sabía a donde conducir, no sabía nada pero... "el que nada sabe nada teme" me dije para calmar esa angustia que poco a poco crecía en mi interior. Sin más encendí el motor de mi veículo, lo detuve frente a la puerta abierta que dejaba admirar a todas las personas en el interior, hice sonar la bocina de la camioneta para llamar la atención, moví energicamente la mano y comence a andar.
Luego de muchas horas de viaje supe a dónde me dirigía. Iba en busca del conocimiento.

Mi viaje había sido largo. Llegué por fin a una biblioteca alemana muy antigua. Estaba extasiado. Era un aposento gigante, muy frío de paredes espaciosas y con el techo muy elevado. Allí encontré un par de españoles: "Dicen que esta biblioteca está construida en la puerta del infierno" le decía uno al otro, yo escuchaba, "hace más de trescientos años, un hombre llegó aqui buscando al Diablo, dicen que cabó tan profundo que pudo hacer una casa dentro de su propia mina. Dicen también que el lugar era tan espacioso que al poco tiempo unos monjes peregrinos instauraron su monasterio en esta mina, el hombre había dado permiso para ello, pero seguía cabando cada vez más profundo. Finalmente enloqueció, una noche los monjes fueron a buscarlo en las profundidades de la mina para darle algo de comer. Él los mató a todos con el pico que usaba para escarbar, luego colgó sus cuerpos del techo y desapareció. Los alemanes cerraron la entrada a estos aposentos durante dos siglos, hasta que por fin, hace unos diez años, los volvieron a abrir e instauraron esta biblioteca. La mina fue llenada de arena y sellada para siempre"

Pensé que era una facinante leyenda. Y tuve la certeza del final de mi camino: iba al infierno. Salí de la biblioteca y comencé a andar en la camioneta por varias calles, una vez más sin rumbo, sabía que yo no debía conocer el camino, sólo dejarme llevar por él. Así andube por calles y calles, parecía un laberinto sin fin. Cada vez me iba internando en lugares con casas más antiguas, más arcáicas, hasta que llegué a un pueblo en el que la gente iba vestida a la antigua usanza. Los techos de las casas eran de madera, al igual que las puertas. La gente se veía modesta, pobre, pero sonriente. La música sonaba diferente... bajé de la camioneta y esta se desvaneció. Lo había logrado, había llegado a la Alemania del siglo XVII.

Caminé algunas calles, recordaba la leyenda y entre más precisamente la recordaba, más me costaba caminar. Me metí en una calle sombría y solitaria, como si toda la gente hubiera abandonado ese lugar. Tenía la espalda encorbada, tuve que tomar una rama de un árbol que había en el suelo para ocuparla como bastón. Me pesaba la edad. Había regresado en el tiempo, pero mi cuerpo era ya el de un anciano. Y así, me encontré en el mismo lugar donde estaría la biblioteca. Estaba cubierta por una pared a medio terminar. Dos metros hacia arriba había un pequeño hueco por el cual a penas si pasaría por ahí. No sabía como llegar y menos con mi cuerpo tan deteriorado, pero subí y entré. Llegué hacia el principio de un tunel. El lugar estaba iluminado con antorchas, tomé una y comencé a avanzar.

Llegué al primer aposento. Era un cuarto enorme, estaba vacío. Al final se dejaba entrever una pequeña puerta. Avancé. Un escalofrío recorrío mi espina dorzal, en la siguiente habitación alguien dormía tendido en el piso y cubierto con unos trapos todos manchados de sangre. Seguí caminando tratando de no hacer ruido para no despertarlo. Al atravesar la siguiente puerta me encontré con el espectáculo más extraño. Un río con un líquido café, como si fuera chocolate, circundaba la habitación... había monos y cocodrilos hechos del mismo líquido que al saltar se estrellaban contra lo que fuera y volvían a hacerse líquidos y se arrastraban hacía el río. Una risa malévola retumbó en toda la habitación. Y alcancé a ver otra figura humana que caminaba hacia la siguiente habitación. Me apresuré a alcanzarlo. A mi paso los monos gritaban con fuerza pero no se acercaban a mí. Comencé a escuchar un zumbido de moscas. Avancé y llegué a la siguiente habitación.

El hombre estaba bañado en sangre, del techo colgaban cientos de cuerpos inhertes, todos desollados. El hombre se agarraba la cabeza, como si estuviera loco, andaba de un lado a otro, me miraba sin mirarme, corría hacia mí y se iba. Luego apareció una nube de moscas, envolvieron al hombre que se esfumó junto con la nube. "Disculpa la mala imagen" dijo finalmente una voz de trás de mí. Yo me volví y me encontré con un hombre vestido muy elegante, alto, fuerte, en su mejor edad. "No eres el primero que viene a buscarme" dijo, su voz tenía algo de espectral. Su aspecto cautivador. Un dejo de divinidad se escapaba por sus radiantes ojos, comencé a sentirme cautivado por su hechizo y comprendí por qué aquel hombre se había vuelto loco...

lunes, 14 de junio de 2010

En mis tiempos no había asepxia

¿Saben? Estoy muy contento. ¿Por qué? Porque ahora existe asepxia. Yo aún no tengo hijos (por fortuna) pero cuando los tenga podré regalarles en su cumpleaños número trece un tratamiento completo del mágico medicamento que cubre las imperfecciones. Mis hijos no tendrán que sufrir lo que yo sufrí, nada de apodos tales como "el cacariso", "el chinampinas", "la bruja", "el dos narices"... Nada de eso, todo ha terminado.
Dios bendiga asepxia. Yo no tendré que pasar por lo mismo que pasó mi padre. No tendré que enseñarle valores a mis hijos, ni tendré que ocuparme en hacer que usen el cerebro. Podrán educarse frente al televisor viendo gente plastica mostrando sus cuerpos plásticos. Y cuando se sientan inseguros sólo "taparé sus imperfecciones". De cualquier manera no hay nada de que temer, los mejores dermatólogos lo recomiendan. Y uno que otro psiquiatra safado también opina que es bueno que los adolescentes no tengan autoestima. Porque ¿saben? Hay una gran variedad de productos. Imaginense ¡ya no tendrán que faltar a la escuela cuando les salga un barro! Simplemente lo ocultan con su pomada y... ¡listo!
Que linda es la vida gracias a los avances de la medicina. ¿Para qué pensar cuando se puede ser bonito?

lunes, 7 de junio de 2010

Neologismos extranjeros

Siendo un aficionado a datos curiosos me topé en mi clase de alemán con un grupo de "rock" que más bien parece pop. Se llama Udo Lindemberg, su canción se titula "Der Sonderzug nach Pankow". A mí se me hizo una mezcla entre "the cure" de hace algunos años, cuando tocaban música disco; "Hombres G" con sus canciones no muy cursis; Y algo así como Alex Lora al principio o Miguel Mateos... no lo sé.
El trasfondo de la canción resulta más interesante aún. El chico, Udo, un muchacho de Berlín que vivía en el lado capitalista, canta al presidente del lado oriental, comunista, en un ritmo de "rock" pegajoso. ¿Qué es lo que pide? Que lo deje tocar a cambio de algo de plata en el lado comunista de Berlín. Lo más interesante es que Erich (el presidente) accede a su petición por miedo a que se divulgara que su gobierno era represivo. Fue algo en verdad insólito si recordamos que el "rock and roll" estaba prohibido en la Rusia comunista.
Y viajando a Rusia, mi profesora de ruso, una mujer de Armenia que había vivido una parte de su infancia en Ucrania y la otra parte en Rusia, mientras trataba de enseñarnos los verbos rusos se topó con un problema. Ella había vivido en al época comunista en Rusia, y uno de mis compañeros preguntó "Profesora ¿cómo se dice "rocanrolear" en ruso?.
El asombro de la maestra fue grande al no saber lo que el verbo significaba. Había pasado ya más de cinco años viviendo en México y jamás había escuchado ese verbo. Muy sorprendida preguntó "y ¿eso qué significa? y ¿como se conjuga?". Mi compañero respondió "pues yo rocanroleo, tú rocanroleas, etc.. y significa algo así como reventarse". La maestra seguía sin saber a qué se refería. Entonces comenzaron a explicarle que era como escuchar música de "rock", pero no sólo escuchar la música, sino vivirla. De hecho yo también me encontraría ante el problema de tratar de hacer una definición de "rockanrolear", sobre todo tratar de definirsela a una persona que había vivido sin "rock and roll", so pena de multas, durante toda su infancia.
La maestra, aún sin entender del todo el significado de la palabra, respondió "pues es que ese verbo no existe en ruso, ni siquiera hay nada parecido, pero si quisieran formarlo sería algo así como роканролиавать pero no lo usen con Marina (la cordinadora de Ruso, quien sí era rusa) porque se enojaría"
Así que, sin más por el momento Я роканролиаваю, Ти роканролиаваешь...

jueves, 3 de junio de 2010

Si no duele no sirve

Montaigne plantea que los antiguos griegos y romanos creían que era preferible la muerte a una vida desgraciada. Se veía mucho mejor quien se quitaba la vida a quien la vivía a medias y no plenamente.
Epicuro decía que en la vida había que buscar el sumo bien, el placer, no el placer mediato, sino el placer que a la larga es más benéfico. Suena en verdad algo lindo el tener una vida llena de placer o morir si no se posee.
El punto es que en algún momento la humanidad torció el camino y pensó que el placer era malo. A Dios no le gusta que nosotros seamos felices en esta vida y por ello no debemos sucumbir al pecado del “placer”. Siguiendo esa lógica, sería mejor morir antes que sucumbir a los placeres mundanos que nos alejan de Dios.
Pero el asunto va más allá. A Dios no sólo no le gusta que tengamos placeres, además de eso nos los pone enfrente para que los experimentemos y así nos condenemos más fácil, pero aún más, no le gusta que muramos. El suicidio es un pecado grave ante los ojos de Dios. Ya lo decía Dante en su Divina comedia que hay en el infierno un lugar reservado especialmente para los suicidas.
Entonces nos enfrentamos al problema de tener como regente a un Dios sádico. No sólo quiere que nuestra vida esté llena de sufrimientos, quiere además que la suframos completa. Todo el tiempo estamos rodeados de tentaciones, los placeres mundanos nos alejan de Dios, el evitar los placeres es algo muy difícil y que nos causa sufrimiento, pero el querer acercarnos a Dios y terminar con los sufrimientos también nos aleja de Dios… Vaya cosa.
Recuerdo que cierto día discutía con mi profesor de catecismo, no recuerdo exactamente la discusión pero sí recuerdo que en algún punto me dijo: “no digas esas cosas, Dios se va a enojar contigo y no te dejará ir al cielo, ¿acaso no quieres ir al cielo?”. Yo reflexioné un rato y luego respondí “La verdad no. Si uno lo piensa detenidamente, ¿qué de interesante debe ser ir al cielo? Finalmente todo lo divertido está prohibido”.
Por cierto eso me recuerda: “Quien está libre de pecado, no sabe de la que se pierde” o “las niñas buenas se van al cielo, las malas a donde quieren” o mejor aún "únete al lado oscuro, es más fresco en los días calurosos".