jueves, 6 de octubre de 2011

Esquizofrenia (9/10)

¿Qué significaba todo aquello? ¿Qué había soñado que le había despertado de esa manera tan abrupta? Sintió miedo, miedo de la soledad, miedo de la oscuridad fuera de su iluminada habitación. Tenía una extraña sensación, como de haber vivido ya aquel momento de su vida. Se levantó temblando de frío. Se dio un buen baño con agua caliente mientras intentaba recordar que era lo que había soñado. Sabía que tenía que hacer algo, pero no recordaba qué. Terminó de bañarse. De mala gana tomó el desayuno. Encendió el estéreo. Su disco de Mozart seguía ahí y se inició automáticamente. ¡Cómo disfrutaba aquellos acordes del Réquiem!

Salió de su casa y cerró tras de sí la puerta con llave. Caminó lentamente hacia la escuela. No quería entrar a clases, estaba muy intranquilo. Llegó tarde a la escuela, lo cual lo animó a no entrar a la primera clase. Se fue al jardín de la escuela, le gustaba estar ahí por alguna extraña razón. Se sentó en una banca y miró un frondoso árbol que por alguna razón llamó su atención. Se parecía mucho al árbol del dibujo que estaba en su pared. “Mirada de fuego” pensó. Recordó a su amiga Ophrys. Sacó una hoja de su mochila y escribió una carta para ella.

Ophrys,

No sé exactamente qué es lo que me pasa. Mis sueños han sido intranquilos, pero al despertar no puedo recordar que fue lo que soñé. Tengo una extraña sensación de haber vivido algo, algo importante, algo que tal vez no quiera recordar. A veces me siento tan extraño de estar aquí, de vivir este momento. Mucho he sufrido. Ya estoy harto de todo esto. A veces siento como sí la vida me jugara malas bromas. A veces siento que el amor no es para mí.

Pocas personas han logrado realmente formar parte de mi vida, y muchas de ellas se han ido. Estoy enamorado Ophrys, y creo que lo sabes, pero no sé qué hacer. Hay cosas que se quedan en la piel, y con el viento se caen, o con la lluvia resbalan. Pero otras desgarran la piel, penetran en el interior y se insertan en lo más profundo de las entrañas. Entonces cierro los ojos y respiro por su aliento, mientras la abrazo, siento su calor y no sé dónde estoy. Y puedo vivir un instante invaluable de felicidad pura. Pero es tan efímero. De pronto, siento como el dolor me regresa a la realidad y siento como si un fuego consumiera mi interior y va extinguiendo mi vida en una indecible agonía…


Guardó la carta en su mochila, no se explicaba por qué había escrito eso. Tal vez tenía que ver con su extraña pesadilla. Había llegado la hora de regresar al salón. Tomó sus cosas y se fue. Al llegar al aula Jazmín estaba ahí, y Ophrys estaba a su lado. Ambas lo miraron. Jazmín se retiró sin decir palabras. Ophrys estaba un tanto molesta. Ernust se acercó, sacó la carta de su mochila, se la dio a Ophrys y sin saber exactamente por qué le dijo “lo siento”. Ella le dio un abrazo y guardó la carta.

Ernust no podía concentrarse en la clase. Salió del salón y regresó al jardín. Por alguna extraña razón sentía que debía estar ahí. Al llegar encontró a Violeta sentada en una banca. La vio de espaldas y un sudor frío recorrió su cuerpo. “Mirada de fuego”… Se quedó petrificado. Violeta sintió la presencia de Ernust y volteó. Sus ojos tiernos estaban ahí. Ernust sintió un gran alivio y sin pensarlo corrió a abrazarla. Una extraña alegría lo invadió. Violeta estaba confundida, no podía entender el comportamiento de Ernust. “Ernust ¿qué está pasando contigo?” preguntó, pero antes de que pudiera continuar, Ernust la besó. Ella lo separó de sí un tanto molesta. Entonces Ernust sintió como una enorme mano sujetaba su hombro. Al volver la cara, el puño de Peter se impactó directamente en su ojo.

Ernust comenzó a sentir varios golpes en todo el cuerpo, se sintió mareado, comenzaba a ver borroso, a su alrededor se escuchaban diversos gritos “No, déjalo”, “¡pelea, pelea!”, “alguien ayude” y cosas así. Ernust sintió como perdía el control de sí mismo y caía al piso mientras veía como brotaba sangre de su nariz y de su boca, le dolían las costillas y las piernas. Lo último que pudo ver fueron los ojos de Violeta, luego perdió el conocimiento.

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