miércoles, 1 de septiembre de 2010

Vicente Nario

Ha llamado mucho mi atención el hecho de que apartir del mes de enero todo se ha ido transformando lentamente en bicentenario. Está el "circuito bicentenario", todas las autospistas son "2010", las películas bicentenarias... en fin, ¿para qué enumerar una lista que de antemano todos ya conocen?

Más impresionante para mí fue ver en la televisión la publicidad del "refresco para celebrar el bicentenario". Ciertamente el festejo que proponen nada tiene que ver con alguna fiesta patria, más bien parece la excusa perfecta para no ir a trabajar y embriagarse. Nada veo de malo en ingerir alcohol desmedidamente, lo que sí se me hace tonto es necesitar una excusa para ello.

Pero lo más indignante, y que es objeto de esta epistula no son todas estas cosas que el mismo estado patrocina, sino lo que se vive a diario, entre la gente común, la gente del subsuelo. Claro, me refiero al sistema de transporte colectivo. Ya que ha comenzado a circular entre tan finisimos vendedores el "disco Vicente Nario" para celebrar este 15 de septiembre. Contiene, como no podía faltar, lo mejor de las bandas con los temas más actuales del narcotráfico; música electrónica "pa' bailar", llegada directamente de los "Iunaites" (muy mexicana, por cierto); "lo nuevo y lo mejor" del pacito duranguece; en fin, toda una avalancha de exitos, en un formato mp3 para aglutinar el mayor número de canciones posibles en alta calidad de audio, total y completamente pirata.

Me parece en verdad alarmante, no sólo por las implicaciones negativas que ya de por sí tiene la piratería, sino porque además (este aglomerado de conjunciones es a propósito, para que el asunto paresca de mayor gravedad) me fue posible darme cuenta que la mayoría de la gente no tiene idea de qué está festejando. Sí, claro, el bicentenario de la independencia, pero nadie sabe de qué se trata en realidad y todos lo ven como la fiesta en la que todo México se detiene, uno no debe ir a trabajar y se tiene el día libre.

Me causa gran pesar en el corazón vivir en un país en el que la historia es historia. En el que no falta quien crea que se está celebrando a un tal Vicente y que piense que es pariente de Fox. En el que la gran mayoría piensa que "con un refresco se pasa una buena fiesta, porque los mexicanos sabemos festejar". Se me quedó grabada en la cabeza la publicidad de dicho anuncio: "hemos esperado doscientos años para esta fiesta"... claro, pero luego de doscientos años de espera, ya poca gente sabe qué se está festejando y pocas personas toman conciencia de ello.

Me despido con un cordial saludo, caros amigos que lean este intento por desahogar mis penas, y por comenzar un experimento que tal vez sea muy probechoso para quienes deseen continuar con ello.

Con cariño, Wolfgang (Todos saben como me llamo, así que no critiquen el hecho de que no quiero que sea público mi nombre).

1 comentario:

  1. Pues bien, habrán días que perezcan (no pude evitar dar tu nombre)uno o más patriotas que busquen una excusa para tener fiesta.

    Ahora entrando en tema, comparto la indignación y la segura frustación que sientes, nosotros los mexicanos somos un pueblo con una historia y tradición envidiable, los acontecimientos acutales por desgracia no son del todo buenos, no obstante son historia y nos guste o no, nos está creando una identidada como nación.

    Lejos de festejar y recordar con nostalgia hechos que marcaron el rumbo de nuestro país, tenemos que reflexionar en las vivencias actuales, creo yo que es tiempo de una nueva revolución, pero no con armas ni con multitudes que sólo busquen saciar su necesidad de integración, sino intelectual, una que ponga fin a la desintegración social y nos revele como seres pensantes con capacidad de organizarnos por el bien común, y no por idelaes particulares como en muchos casos.

    A disfrutar de la vida y de sus desencatos, saludos mi querido amigo.

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