miércoles, 12 de mayo de 2010

Árbol otoñal

Un espejo no siempre refleja la realidad. El alma... entiendo por qué se creía que las fotografías roban el alma y esa superstición de que los vampiros no podemos reflejarnos en un espejo: es obvio porque no tenemos alma. Pero los ojos a veces brillan con cierta vida, justo como habían brillado antes de nuestra muerte. ¿Qué les causa tanta envidia a los mortales?...
Aquella mañana desperté. La luz del sol quemaba mis pupilas ya tan desacostumbradas a tanta luminosidad. La espada clavada en mi corazón comenzó a hacer más daño que antes. ¿Quién habría podido imaginarlo? EL futuro es tan incierto.
A veces quisiera poder desprenderme de mí y simplemente morir, eso sería suficiente para arrancar una sonrisa de mis pútridos labios. "Recordar es vivir" pero ni con tantos recuerdos vuelve el calor a mi cuerpo. A veces al llegar la noche la tristeza se posa con todo su peso en mis hombros, aunque no siempre logre recordar la causa.
Como aquel árbol que cada otoño pierde lentamente todo su follaje, mejor deshacerse de tantas cosas, de lo contrario no se sobrevive al invierno. Pero la vida sigue, en primavera, se vuelve a llenar de hojas, verdes, fuertes y sanas. Así los recuerdos caen cíclicamente para renovarse, de lo contrario no se sobrevive al pasado. Mas, aquel árbol que muere en otoño muere en el olvido. Nadie puede darse cuenta de que agoniza, porque pierde las hojas como todos los demás. En el invierno permanece en pie, pero por dentro la vida lo ha abandonado. Al llegar la primavera es ya muy tarde, su voz se ha perdido para siempre y las nuevas hojas jamás regresarán a su follaje.
A veces sólo suplico una sonrisa, una lágrima o un gesto cualquiera...

1 comentario:

  1. Siempre hay hojas nuevas, aunque admito que cada vez hay menos, cada año cuesta más hacerlas crecer, cada año hay más olvido para el árbol...

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