Montaigne plantea que los antiguos griegos y romanos creían que era preferible la muerte a una vida desgraciada. Se veía mucho mejor quien se quitaba la vida a quien la vivía a medias y no plenamente.
Epicuro decía que en la vida había que buscar el sumo bien, el placer, no el placer mediato, sino el placer que a la larga es más benéfico. Suena en verdad algo lindo el tener una vida llena de placer o morir si no se posee.
El punto es que en algún momento la humanidad torció el camino y pensó que el placer era malo. A Dios no le gusta que nosotros seamos felices en esta vida y por ello no debemos sucumbir al pecado del “placer”. Siguiendo esa lógica, sería mejor morir antes que sucumbir a los placeres mundanos que nos alejan de Dios.
Pero el asunto va más allá. A Dios no sólo no le gusta que tengamos placeres, además de eso nos los pone enfrente para que los experimentemos y así nos condenemos más fácil, pero aún más, no le gusta que muramos. El suicidio es un pecado grave ante los ojos de Dios. Ya lo decía Dante en su Divina comedia que hay en el infierno un lugar reservado especialmente para los suicidas.
Entonces nos enfrentamos al problema de tener como regente a un Dios sádico. No sólo quiere que nuestra vida esté llena de sufrimientos, quiere además que la suframos completa. Todo el tiempo estamos rodeados de tentaciones, los placeres mundanos nos alejan de Dios, el evitar los placeres es algo muy difícil y que nos causa sufrimiento, pero el querer acercarnos a Dios y terminar con los sufrimientos también nos aleja de Dios… Vaya cosa.
Recuerdo que cierto día discutía con mi profesor de catecismo, no recuerdo exactamente la discusión pero sí recuerdo que en algún punto me dijo: “no digas esas cosas, Dios se va a enojar contigo y no te dejará ir al cielo, ¿acaso no quieres ir al cielo?”. Yo reflexioné un rato y luego respondí “La verdad no. Si uno lo piensa detenidamente, ¿qué de interesante debe ser ir al cielo? Finalmente todo lo divertido está prohibido”.
Por cierto eso me recuerda: “Quien está libre de pecado, no sabe de la que se pierde” o “las niñas buenas se van al cielo, las malas a donde quieren” o mejor aún "únete al lado oscuro, es más fresco en los días calurosos".
jueves, 3 de junio de 2010
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Es como cuando un amigo me dijo que si decía groserías hacía llorar al niño dios, yo le dije que por mí el niño dios podía ahogarse en llanto...
ResponderEliminarPues hace mucho había dejado un comentario aquí... ya no está
ResponderEliminarHe ahí una muestra más del grado de estupidez que el ser humano puede ser capaz de alcanzar. Mira que crear un "paraíso" en donde lo poco que disfrutas de la Tierra está prohíbido y lo que más odian de la Tierra mágicamente van a amarlo allá...
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