lunes, 21 de junio de 2010

La antigua canción del bardo

Por los bosques de Arwere caminaba la bella Anoire,
sus cabellos eran de oro, su piel brillaba como la luna,
en sus ojos se reflejaban las tormentas veraniegas,
sus manos suaves, pero fuertes, eran diestras en las artes de la guerra,
sus oídos escuchaban las secretas voces de los árboles,
de sus labios las canciones fluían, como de una montaña los ríos,
y su voz era tan dulce que con ella el bosque florecía.

Anoire se bañaba en los ríos de cristalina agua helada,
se alimentaba con los frutos que el bosque gustoso le daba,
dormía durante el día, oculta en la copa de un árbol,
de noche danzaba descalza y la lluvia besaba sus pechos.
Vagaba sola siguiendo el curso de la luna,
a ésta le cantaba sus canciones y ella, agradecida,
iluminaba su camino con la luz más blanca que ha iluminado la tierra.

Las elfas de su pueblo la habían desterrado por envidia,
porque Anoire era de todas la más bella, no había flor,
árbol o estrella que no admiraran a la hermosa muchacha.
El principe Neár pretendió su mano, mas Anoire, tímida y modesta,
no quiso aceptar tan gran privilegio.
Entoncés las demás elfas la acusaron de haber embrujado a Neár,
le arrancaron sus blancos vestidos, y la desterraron
empujandola hacia Arwere, donde Anoire desde entonces
vagaba desnuda y sola.

Neár la buscó durante siglos. Finalmente, depirmido
contrajo nupcias con Ilsae, princesa de un reino vecino,
mas Neár jamás pudo olvidarse de Anoire y finalmente,
murió de tristeza, a la sombra de un árbol en los bosques de Arwere.
El árbol sepultó con sus raices al rey Neár,
y floreció como ningún otro en el bosque.
Las voces del bosque llevaron la noticia a Anoire,
quien, rauda, acudió a contemplar el prodigio,
el árbol de Neár lloraba lágrimas de sangre y fuego,
mas al sentir la mano de su amada acariciando la corteza
dejó caer todas sus flores, haciendo una alfombra
para que se recostase su amada. Anoire lloró
lágrimas tan puras que al contacto con las flores
éstas se convertían en luz,
formando una pequeña fuente luminosa en torno al árbol de Neár.

Entonces Neár y Anoire unieron sus voces,
y su canción se escuchaba en el murmullo del viento.
Anoire se convirtió en una lágrima suya,
y el árbol de Neár se sumergió en en ella.
La fuente de luz se convirtió en un río
de sangre y fuego. Y, en las noches de luna llena,
a quien tenga oidos agúdos, se mostrará la canción
de Neár y Anoire. Y escucharán el lamento del bosque.

Ellos protegen los bosques de Arwere, y
en agradecimiento, reciben una ofrenda de frutos
y flores y luz y sangre y fuego...

3 comentarios:

  1. Muy lindo... surealista, de ese tipo surealista que no significa ireal.

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  2. Lindo, aunque sentí de repente que leía un tributo a Tolkien

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Interpretación oracular