Las despedidas sí que son tristes...
Tenía unos veintiocho años y había llegado la hora de partir. Había pasado una buen a temporada en aquel lugar. Mis sobrinas me miraban algo acongojadas sin entender que era lo que estaba pasando exactamente. Mi primo me abrazaba y me deseaba suerte. Mi hermano lloraba, mis padres no decían nada, sólo se encargaban de repartir la comida para todos los comenzales.
¿A dónde iba? No lo sé. No tenía rumbo, dirección, o lugar al cual dirigirme. Lo único que tenía era la certeza de que era hora. Debía partir de mi propia casa. Sin darle mucha importancia subí a la camioneta. No entendía muy bien lo que estaba pasando, no sabía si habría de regresar o no, no sabía a donde conducir, no sabía nada pero... "el que nada sabe nada teme" me dije para calmar esa angustia que poco a poco crecía en mi interior. Sin más encendí el motor de mi veículo, lo detuve frente a la puerta abierta que dejaba admirar a todas las personas en el interior, hice sonar la bocina de la camioneta para llamar la atención, moví energicamente la mano y comence a andar.
Luego de muchas horas de viaje supe a dónde me dirigía. Iba en busca del conocimiento.
Mi viaje había sido largo. Llegué por fin a una biblioteca alemana muy antigua. Estaba extasiado. Era un aposento gigante, muy frío de paredes espaciosas y con el techo muy elevado. Allí encontré un par de españoles: "Dicen que esta biblioteca está construida en la puerta del infierno" le decía uno al otro, yo escuchaba, "hace más de trescientos años, un hombre llegó aqui buscando al Diablo, dicen que cabó tan profundo que pudo hacer una casa dentro de su propia mina. Dicen también que el lugar era tan espacioso que al poco tiempo unos monjes peregrinos instauraron su monasterio en esta mina, el hombre había dado permiso para ello, pero seguía cabando cada vez más profundo. Finalmente enloqueció, una noche los monjes fueron a buscarlo en las profundidades de la mina para darle algo de comer. Él los mató a todos con el pico que usaba para escarbar, luego colgó sus cuerpos del techo y desapareció. Los alemanes cerraron la entrada a estos aposentos durante dos siglos, hasta que por fin, hace unos diez años, los volvieron a abrir e instauraron esta biblioteca. La mina fue llenada de arena y sellada para siempre"
Pensé que era una facinante leyenda. Y tuve la certeza del final de mi camino: iba al infierno. Salí de la biblioteca y comencé a andar en la camioneta por varias calles, una vez más sin rumbo, sabía que yo no debía conocer el camino, sólo dejarme llevar por él. Así andube por calles y calles, parecía un laberinto sin fin. Cada vez me iba internando en lugares con casas más antiguas, más arcáicas, hasta que llegué a un pueblo en el que la gente iba vestida a la antigua usanza. Los techos de las casas eran de madera, al igual que las puertas. La gente se veía modesta, pobre, pero sonriente. La música sonaba diferente... bajé de la camioneta y esta se desvaneció. Lo había logrado, había llegado a la Alemania del siglo XVII.
Caminé algunas calles, recordaba la leyenda y entre más precisamente la recordaba, más me costaba caminar. Me metí en una calle sombría y solitaria, como si toda la gente hubiera abandonado ese lugar. Tenía la espalda encorbada, tuve que tomar una rama de un árbol que había en el suelo para ocuparla como bastón. Me pesaba la edad. Había regresado en el tiempo, pero mi cuerpo era ya el de un anciano. Y así, me encontré en el mismo lugar donde estaría la biblioteca. Estaba cubierta por una pared a medio terminar. Dos metros hacia arriba había un pequeño hueco por el cual a penas si pasaría por ahí. No sabía como llegar y menos con mi cuerpo tan deteriorado, pero subí y entré. Llegué hacia el principio de un tunel. El lugar estaba iluminado con antorchas, tomé una y comencé a avanzar.
Llegué al primer aposento. Era un cuarto enorme, estaba vacío. Al final se dejaba entrever una pequeña puerta. Avancé. Un escalofrío recorrío mi espina dorzal, en la siguiente habitación alguien dormía tendido en el piso y cubierto con unos trapos todos manchados de sangre. Seguí caminando tratando de no hacer ruido para no despertarlo. Al atravesar la siguiente puerta me encontré con el espectáculo más extraño. Un río con un líquido café, como si fuera chocolate, circundaba la habitación... había monos y cocodrilos hechos del mismo líquido que al saltar se estrellaban contra lo que fuera y volvían a hacerse líquidos y se arrastraban hacía el río. Una risa malévola retumbó en toda la habitación. Y alcancé a ver otra figura humana que caminaba hacia la siguiente habitación. Me apresuré a alcanzarlo. A mi paso los monos gritaban con fuerza pero no se acercaban a mí. Comencé a escuchar un zumbido de moscas. Avancé y llegué a la siguiente habitación.
El hombre estaba bañado en sangre, del techo colgaban cientos de cuerpos inhertes, todos desollados. El hombre se agarraba la cabeza, como si estuviera loco, andaba de un lado a otro, me miraba sin mirarme, corría hacia mí y se iba. Luego apareció una nube de moscas, envolvieron al hombre que se esfumó junto con la nube. "Disculpa la mala imagen" dijo finalmente una voz de trás de mí. Yo me volví y me encontré con un hombre vestido muy elegante, alto, fuerte, en su mejor edad. "No eres el primero que viene a buscarme" dijo, su voz tenía algo de espectral. Su aspecto cautivador. Un dejo de divinidad se escapaba por sus radiantes ojos, comencé a sentirme cautivado por su hechizo y comprendí por qué aquel hombre se había vuelto loco...
martes, 15 de junio de 2010
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Me encantó el final... sobre todo el dejo de divinidad en sus ojos... y lo atrayente y cautivador de su presencia, su hechizo... la locura... me recordó algo.
ResponderEliminarNunca has hecho una travesía sin saber a ciencia cierta que es lo que buscas, pero, necesitas encontrar?
ResponderEliminarCuidado, ahora ya sabes lo que puedes encontrar!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminartodo viaje es un misterio
ResponderEliminarHola joven, sabe es maravilloso, no sólo éste sino todos no hay uno que no me impacte; es como si se pudiera estar presente en esa aventura, leí lo referente a Zacatecas y me parece muy bonito, además soy de Zacatecas jajaja sabrá porque me parece mucho mejor jejejeje!!!!!!!!!!!
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