viernes, 13 de agosto de 2010

Sobre las personas que ceden el asiento

La ciudad de México es bastante caótica, desde cualquier punto de vista; las redes de transporte de la ciudad no son la excepción. La vida es ya bastánte difícil, como para todavía enfrentarnos a un sistema de transporte que tiene asientos reservados para personas que por su condición necesitan un lugar para sentarse al viajar, pero que la gente no lo respeta.

Así que generalmente va la señora embarazada o el anciano parados junto a un asiento reservado para ellos, ocupado por algún gañán que se hace el dormido para no levantarse.

Pero de todas estas personas, a las que más odio es a aquellas que sí ceden su asiento en las siguentes circunstancia: Van sentados en un lugar reservado. Llega una persona que amerita el lugar. El gañán lo mira y hace como si nada pasara. Luego, cuando está a punto de bajarse, amablemente llama a quien necesita el asiento y le dice "siéntese aquí, por favor". Y felizmente se baja del transporte creyendo que ha realizado su buena obra del día. El imbécil no tiene ningún mérito, puesto que él ya se iba a bajar, no está haciendo ningún favor, pero eso sí, su cara se nota ávida de gratitud.

Lo peor de todo es que la persona que por fin se puede sentar le agradece, como si de verdad le estuviera haciendo un favor: En primera, el idiota iba en un lugar reservado y era su obligación levantarse, en segunda está exigiendo gratitud por algo que era su obligación y que además no hizo. Así que la persona que sí requería del lugar, en lugar de agradécerle debería escupirle la cara.

Pero bueno, esto es México, celebremos el Bicentenario.

3 comentarios:

  1. Yo había dejado un comentario... ya no está. Bueno, decía que es cierto, muy rara vez vemos personas que son realmente amables y que, a pesar de que el metro venga llenísimo, le ceden el asiento a quien lo necesita. Y la verada es que da mucho coraje ver a los gañanes y gañanas... celebremos el Bicentenario!!!

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  2. Por lo menos por allá hay asientos reservados, en cambio aquí nadie tiene, aparentemente, la obligación de ceder su asiento mas que por moral y por tanto hay una gran bola de peleles, que carecen totalmente de ésta, a quienes les vale madres que la mujer que lleva a un niño en brazos pueda salir volando a la parte trasera del bus.

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  3. Cuando veo a esos nacos yo si les digo que le den su lugar a quien lo necesita, la mayoria, por vergüenza creo yo, si me hace caso, aunque los hay también a los que les vale madres y hasta te la mientan. Pero todos sabemos que una mentada de madre de parte de un naco no cuenta.

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Interpretación oracular