lunes, 27 de septiembre de 2010

Wolfgang a su caro amigo, Adonis, salud.

Mucho me ha llamado la atención tu más reciente carta pues siento que hay en todo ser humano una busqueda por lo eterno. Es parte de nuestra esencia el buscar una manera de trascender, de perdurar más tiempo que el efímero que representa nuestra vida.

Concuerdo contigo en que una vida eterna, esa que implica el permanecer vivo ininterrumpidamente, dada la condición humana, sería algo que terminaría en hastío y desesperanza.

Por otra parte, creo que buscar la inmortalidad en nuestras obras es algo noble y loable. Sin embargo, para que tenga el efecto deseado, debemos buscar ser "bien" recordados. Porque realmente nuestras obras pueden inmortalizarnos, ya lo creían de esa manera los antiguos griegos cuando buscaban la muerte en una batalla porque eso les daba un cierto renombre que los ayudaba a ser recordados durante muchas generaciones. Pero también una mala obra nuestra puede inmortalizarnos, y de una manera más inmediata. Baste tan sólo recordar el nombre de Hitler para ejemplificar.

Si bien un mal acto nos dará la inmortalidad de manera más mediata y perene, hay que destacar que el filósofo Nietzsche decía que "el hombre superior es el hombre que supera al hombre". Buscar ser bien recordados es un acto noble que nos hace superiores. Es una pugna por ser cada vez mejores en lo que hacemos. Como animales que somos, le duela a cualquier creacionista que le duela, estamos sometidos al instinto de conservación, el cual nos hace luchar por ser los mejores de la especie. Al menos en teoría la competencia es una parte integral de nuestras vidas. Sin embargo, muchos se sirven de ella para explotar al ser a través de una mala manera de entender esta necesidad de competir.

Estos seres superiores que todos debemos buscar ser, poco tienen que ver con la raza aurea, o con ser el pueblo dominante. Nuestra superioridad debe ser interna, debe tratar de permear en nosotros, debemos buscar superarnos a nosotros, sólo entonces podremos entender al hombre superior.

Todo esto tiene que ver con tu otra manera de ver la inmortalidad, aquella que se encuentra en nuestros familiares, imágen de nosotros. ¿Por qué digo que tiene que ver una cosa con otra? Nosotros debemos buscar ser superiores, sí, pero más aún, debemos buscar erradicar en las generaciones futuras los vicios propios. Nuestros familiares no deben ser una imágen exacta de nosotros, sino una mejorada. Porque así se alcalzará, según veo yo, la inmortalidad de manera más efectiva.

Para estos fines, querido amigo, estoy de acuerdo con el antes mencionado (pues no citado) filósofo alemán. Mucho debemos aprender de las culturas antiguas, sí, pero mucho también hay que modificarlas para ser nosotros mejores. Hay que esforzarnos para romper con las cadenas que nos atan y nos impiden esa superación, las cadenas de la moral que nos envilecen y nos hunden. Es como yo interpreto al filósofo, y creo que, para nuestros fines, tenía razón, pues es de los pocos que han alcanzado la inmortalidad.

Gran camino nos queda por andar, y creo que hay que trabajar arduamente, pues nada habría más hermoso en esta vida, que vernos inmortalizados en vida a través de nuestras buenas obras.

La compasión, el peor de los pecados

La vida está sobrevaluada.

Sí, sé que mi afirmación resultará algo incómoda o agresiva, sobre todo a ciertos oídos sensibles de personas mojigatas. Sin embargo, permítanme tratar de explicar mi aseveración y se darán cuenta que no exagero en ella, aunque sí sea algo poco grato para la mayoría del género humano.

Ahora, permítaseme (nótese la composición arcáica del verbo) ampliar mi afirmación para esclarecerla: "La vida humana está sobrevaluada". Todo el tiempo nos quejamos de la injusticia, de la sobrepoblación, de la basura, de la criminalidad, de la venta de drogas. Claro, son problemas que a todos nos molestan pero... nosotros mismos los provocamos.

Bajo las premisas de "todos somos iguales" y "como seres humanos tenemos todos los mismos derechos" nos cometemos injusticia a nosotros mismos. En primer lugar es una injusticia afirmar que todos somos iguales. Sí, sé que ante los ojos de Dios lo somos, pero Dios es el más injusto de todos, pues paga con la misma moneda a quien ha trabajado doce horas que a quien sólo trabajó veinte minutos. Eso no es justicia. Los derechos humanos deberían proteger a los humanos, no defender a tantas personas inhumanas. Si en las cárceles los criminales viven como reyes, es porque "tiene derechos", aunque en realidad deberían haber perdido esos "derechos humanos" al no comportarse como humanos.

¿Por qué vale tanto la vida de alguien que quiere suicidarse? ¡Porque toda vida es hermosa! dirán, y hasta cierto punto concuerdo con ello, toda vida es hermosa, igual lo es la vida de un árbol, de una araña, de una rata... pero claro, la rata debe morir porque nos resulta incómoda para poder vivir en una ciudad limpia, las ratas son animales mugrosos que no deben vivir cerca de los humanos porque pueden acarrear enfermedades a las personas sanas pero... los suicidas también. Ellos acarrean enfermedades a la sociedad, ¿por qué salvarlos a ellos y no a las ratas?

¿Por qué obligar a vivir a quien no encuentra razón de ser en esta vida? ¿Por qué condenar la muerte? ¿Es que tanto nos aterra que no podemos verla ni siquiera en alguien más? ¿Por qué nos empeñamos en conservar cosas que no valen la pena? Aquí, en nuestro país, ni siquiera se le permite morir a aquel que sufre demasiado y sabe que su dolor no se detendrá hasta el momento que muera, sin embargo, se ve obliga a vivir (y a sufrir) más de lo natural.

No cabe la menor duda que Sartre tenía razón cuando aseguró que el infierno son los otros. Viva quien de verdad merece vivir ¿quién juzga eso? Uno mismo. La "Nausea" sólo acarrea seres inconformes, seres que no quieren nada, que están aquí más por fuerza "moral" que por una verdadera voluntad. Ni siquiera tienen rencor o sed de venganza, porque incluso eso, es una voluntad de vivir, y a veces suele ser más fuerte que cualquier otra. No, sólo tienen esa "Nausea", ese hastío... ¿qué los mantiene vivos? Nosotros, y nada ni nadie más que nosotros...

viernes, 17 de septiembre de 2010

Wolfgang suis amicis salutem

Con mucho detenimiento, y no sin algo de preocupación, he leido, Luna, tu carta. Me resulta extraño y alarmante que Sueño, como lo llamas, se vaya apoderando de ti de esa manera tan singular, a tal grado que se va convirtiendo de manera lenta en Muerte.

Como ya Adonis lo explicó y tú, Luna, lo has reiterado, Sueño tiene un gran poder, cada despertar es una muerte. Si se ve con detenimiento, Sueño y Muerte no son en realidad tan diferentes. Sus modus operandi son en realidad muy parecidos. Ya los latinos en la antiguedad habían estudiado la naturaleza de ambos, creyéndolos divinidades, aunque seguramente eso lo saben mejor que yo ustedes. Así que diré, a manera de una pequeña conclusión, que concuerdo con esa antigua y mística forma de pensar, Muerte y Sueño son hermanos. La única difrencia que yo encuentro entre uno y otro es la duración: Mors est perpetuus somnus.

Sin embargo, es esta sutil diferencia la que hace a Muerte más misteriosa, más inexpugnable y al mismo tiempo más atractiva y apasionante que Sueño. ¿Por qué? Cuando uno despierta le es posible -no siempre, pero sí en muchas ocaciones- mirar lo que dejó atrás. ¿Pero qué pasa cuando no se vuelve a despertar? Los antiguos griegos creían que el alma viajaba al Hades y que ahí permanecía, inconciente, por toda la eternidad. No expondré aqui lo que yo personalmente pienso (y mi anterior afirmación no es una figura retórica, de verdad no lo voy a hacer) porque cualquiera de mis opiniones es improbable (en el sentido más literal de la palabra).

Lo que pase con los muertos no lo sé. Todos vamos a morir tarde o temprano, eso es seguro. El muerto muerto se queda y no hay vuelta atrás. ¿Qué es entonces lo realmente angustiante, lo realmente terrible? El vivo que debe enfrentar, no su muerte, sino la de alguien más.

Uno puede vivir sin esperanza, sin fe, sin nada, puede vivir en el completo nihilismo con respecto a lo que hay después, a lo que pasa luego de la muerte. Incluso puede aceptar uno mismo una creencia de que, cuando su vida se extinga, no haya nada más, sea el final para siempre y todo acabe. Uno puede resignarse a vivir así, una vida puntual. Sin embargo, cuando muere un ser querido, todo es diferente, cuando no es uno quien muere sino alguien más, todo cambia. Entonces se cree que hay un alma y se ruega con fervor, incluso con fe, para que su alma descanse. Es en ese momento cuando surge la necesidad de una vida eterna. Porque la idea de que ese alguien más se haya ido para siempre se vuelve insoportable, por ende se guarda la esperanza de poder volver a verlo. Y es insoportable en realidad, no por el miedo que causa saber que nuestro destino es común a quien se ha ido, sino porque el corazón guarda la esperanza de que esa persona pueda al menos tener un momento de paz, de eterna paz.

De ahí que muchas personas digan: "Yo no creo en una religión institucionalizada, sin embargo, pienso que debe haber un Dios". Enfrentearse a la Nada muchas veces da miedo. Por ello tu sensación, tal como la describiste: "de vacío, de muerte". Pero más importante aún. Tu te preguntas si uno es digno de vivir, o de morir. Muchas veces cuando vemos en la vida diaria gente que está clasificada como "mala", entonces pensamos que no merecen vivir, y tal vez tengamos razón en eso. Pero viene una cuestión más importanten ¿acaso merecen morir? ¿Cómo saber si la muerte no es en realidad un premio?

La vida, mis estimados amigos, está sobrevauluada, la muerte, en cambio, está muy devauluada. Cada día que vivimos nos vamos acercando un poco más a Muerte. Esta muerte que, a diferencia de Sueño, no tiene renacimiento. Jamás sabré si uno es digno de vivir, eso debe juzgarlo cada quien. Lo que sí estoy conciente es que no todos son dignos de morir. La vida y la muerte están relacionadas intrínsecamente. La condición básica para poder afirmar que un ser está vivo es solamente que sea suseptible de morir. Nosotros no planeamos ni nuestro nacimiento ni nuestra vida, así que no podemos hacernos responsables de ella, pero sí podemos tomar la responsabilidad de nuestra muerte. Entonces hay que vivir con cierta dignidad, porque aunque me pese aceptarlo, tenía razón el joven que dijo: "estén preparados porque no saben el día ni la hora".

Es por ello que me parece alarmante la manera en que Sueño se apodera de ti, pues creo que quien respeta su vida, respetará también su muerte. Quien sabe vivir, sabrá igualmente morir. Debes aprender a mirar con ojos más atentos, y no perder un mínimo detalle mientras caminas con los ojos abiertos.

Un coridal saludo y hasta pronto.

martes, 14 de septiembre de 2010

¿Criptonita?

Muchas cosas incoherentes existen en todas partes. Al crear una historia es fácil caer en la incoherencia si no se tiene un plan perfectamente estructurado que pueda responder a todas y cada una de las cuestiones que la lógica humana -cuando la persona a quien se le presenta la historia piensa, claro está- plantea. Las mejores obras de ciencia ficción, por ejemplo, son aquellas en las que el lector, espectador, revisor, o como sea, no encuentra falla alguna en la lógica del guionista (por llamarlo de alguna manera); de lo contrario la obra se tornará aburrida y se dejará antes de llegar siquiera a la mitad, ya no digamos al climax.

Los "comics" no son la excepción. Para que un superheroe pueda tener la aceptación y el cariño del público debe tener una historia sustentable que sea verosímil -lo cual no implica que sea verídico ni verdadero-. Entonces, "Spiderman" es aceptable porque obtiene sus poderes a través de una araña que mutó durante un experimento. O los "X-Men" son mutantes, o "Fantastic Four" se expusieron a la radiación en un viaje al espacio. "Batman" no tiene superpoderes, pero tiene dinero y laboratorios que le permiten experimentar con tecnología de punta. Todo lo anterior tiene lógica, no por ello es cierto, sólo es coherente.

Pero de todos, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese, el heroe por antonomasia (que no la santa muerte por antonomasia, lo cual fue un chiste de muy mal gusto, que expondré ahora mismo: Un día, mientras esperaba un transporte público, escuché a un par de chicas que hablaban sobre la grabación de un cortometraje, una entonces le dice de una escena donde había un chico cortandose el brazo con un cuchillo, entonces dice: "es que tú ya sabes que cortarse con un cuchillo es la santa muerte por antonomasia"; sí, el chiste es de mal gusto, pero en el momento no pude evitar una carcajada) es Superman. Me gustaría aclarar una cosa, pues no quiero que se piense que por mi afirmación anterior tan contundente yo considere a Superman como mi heroe favorito, de hecho está lejos de serlo, pero no puedo quitarle el mérito que se ha ganado a lo largo de tantos años.

Superman había sido para mí una de las creaciones más coherentes en el mundo de los "comics". Claro, para que mi afirmación fuera sustentable habría que dejar de lado el hecho de que para disfrasarse lo único que hace es quitarse los lentes y ponerse los calzones por fuera, aún así Luisa, que lo tiene cerca tanto como Clark Ken que como Superman, no puede darse cuenta que se trata del mismo sujeto. Fuera de eso, la historia es coherente y verosímil, vaya, Superman es un extraterrestre, sus superpoderes provienen justamente de venir de otro planeta. En su planeta no era ni el más fuerte ni el más guapo (en la tierra tampoco es el más guapo) porque todos eran iguales, pero en nuestro planeta sí es más fuerte, eso se debe a que su raza es diferente y superior a la nuestra, eso, hasta aqui es verosímil.

Pero Superman podría hacer todo, absolutamente todo, de no ser por una debilidad. Sólo tiene un punto debil y es justamente la criptonita. La criptonita, como su nombre lo indica, es una piedra que proviene del planete Cirptón, de donde es originario superman. La criptonita es de color verde y emite una radiación que nulifica los superpoderes de Superman, y, según los que saben, una prolongada exposición a esta radiación podría hasta matarlo.

Aquí es donde comienza lo incoherente del asunto. El enemgio de Superman, Lex Luthor, se vale de la criptonita para poder debilitar a Superman y así poder hacer sus actos criminales. Pero ¿de dónde obtiene Lex Luthor la criptonita?

Algunos dirán: Llegó junto con Superman en una lluvia de meteoritos. Eso no es factible por varias razones. La primera de ellas es que, si Supermán llegó siendo un bebé en una nave cuando su planeta explotó, eso implicaría que durante todo el viaje se vio expuesto a la radiación de la criptonita que vendría muy cerca de su nave, lo cual, siendo él un indefenso infante, debió haberlo matado o debilitado lo suficiente como para que no pudiera soportar el impacto al estrellarse su nave con la superficie terrestre. Otra cuestión es que si él llegó en una nave quien lo envió debió programar de antemano la ruta de la nave para que ésta llegara a la tierra. Por otro lado, un planeta que explota, no programa la ruta de sus restos para que sigan una nave, entonces una lluvia de meteoritos implicaría que Criptón fuera un planeta muy, pero muy cercano a la tierra, de manera que los restos de su explosión pudieran llegar a esta última en forma de lluvia de meteoritos. Y una cosa más, si la criptonita es la piedra de Criptón ¿cómo es que los crioptonianos podían vivir en ese planeta si justamente es eso lo que los debilitaba?

Otros tal vez piensen: La creaba Lex Luthor en sus avanzados laboratorios haciendo labor de alquimista. Eso me suena mucho más sustentable, pero surge el problema de ¿cómo consiguió Lex Luthor una muestra de criptonita para de ahí poder copiar la estructura química y poder reproducirla?

Algunos otros piensan: En realidad hay una mina de criptonita en la tierra, Lex la descubre y sólo la toma. Pero si eso así fuera entonces, para comenzar no podría llamarse criptonita, porque no vendría del planeta Criptón, entonces no tendría ningún sentido. Y mucho más improbable aún sería que llegaran desde Criptón una cantidad de piedras tal que se formara una mina completa de este material.

Si alguien conoce una mejor versión de como llegó la criptonita a la tierra y como es que Lex Luthor puede hacerse de grandes cantidades de ella (porque recordemos que siempre tiene piedras de criptonita de gran tamaño para poder combatir a su archienemigo, porque él no tiene poderes) les ruego fervorosamente me expliquen. Pues puede que Superman sea más coherente de lo que yo creo y sea sólo mi ignorancia la que me impulse a pensar lo contrario. Agradecería también que me dijeran en qué número de comic (porque poco me fío de la serie de "villa chica") o capítulo de la serie animada se explica este detalle.

Sin más por el momento, los dejo con la cuestión criptoniana, esperando me puedan ayudar a esclareserla.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Golem

-Maestro, ¿de verdad es posible crear a través de la palabra?

-Naturalmente, aunque no precisamente crear, sino invocar los poderes divinos al encontrar la palabra adecuada... por ejemplo, si encuentras la palabra divina que designa al viento, entonces con tan sólo pronunciarla podrás someter a tu voluntad a los cuatro vientos.

El alumno escuchaba con atención para no perder ningún detalle. Estaba seguro que podría lograr algún día encontrar las palabras divinas para someter a la naturaleza. Aquella noche no durmió, se quedó pensando la manera de encontrar las palabras. Número, letras y sílabas era todo lo que sus ambiciosos ojos podían ver.

-Maestro, entiendo que pueda una cosa ser sometida si se le pronuncia en lengua divina. Pero tengo aún otra pregunta. Si encuentro la palabra divina para "mal" o "maldad" ¿entonces El Mal se me someterá y podré erradicarlo del mundo?

-Así es. Podrías erradicarlo o utilizarlo si lograras encontrar semejante palabra. Pero la lengua divina proviene de El Señor, no existe, pues, tal vocablo en lengua divina.

-Pero maestro, si El Señor hiso todo con la palabra, el mal también debió surgir a través de ella, y entonces quien descubriera la palabra podría someter al Mal a su voluntad.

-Mi muy querido discípulo -respondió el maestro,- aparta ese tipo de pensamientos de tu cabeza, porque con ello no haces más que asegurar tu camino a la perdición...

El discípulo guardó silencio, pero meditaba en su corazón todas aquellas cuestiones que lo carcomían por dentro mientras buscaba la Verdad, su verdad.

-Maestro, y si encuentro la palabra "bien", ¿podría someter al Bien a mi voluntad?

-Hijo mío, no necesitas encontrar la palabra para hacer el bien, puedes hacerlo todos los días.

-Maestro -volvió a insistir- ¿y Dios, qué pasa si encuentro la palabra Dios?

El maestro lo vio con ojos de infinita ternura, como un padre contempla a su hijo. Antes de contestar tomó la traducción que juntos estaban haciendo, la cerró, le entregó los apuntes a su discípulo y luego añadió:

-Muchos han intentado encontrar el nombre de Dios, pero no lo han logrado. Quien pueda hacerlo podrá contemplar a Dios en todo su esplendor. Entonces vendrá una era de paz y prosperidad para nuestro pueblo y ya no tendremos que volver a huir jamás.

El muchacho lo miró entusiasmado. Sus ojos birllaban ávidamente, sus manos comenzaron a sudar, guardó silencio un poco rato, luego, ya sin poderse contener, dijo:

-Maestro, yo sé cual es la palabra, yo la he descifrado, yo sé como se dice Dios en lengua divina.

-Hijo, si tú tuvieras semejante respuesta podrías salvar a nuestro pueblo- Le respondió el anciano, como quien quiere alentar a alguien que de antemano sabe que fracasará.

-Durante muchos años, maestro, he estudiado la Cábala, siguiendo sus enseñanzas al punto. Y estoy convencido, descubrí una palabra en lengua divina.

El muchacho se paró derecho, tomo aire varias veces, y de la manera más solemne posible pronunció una palabra imposible de escribir.

De inmediato sintieron estremecer el suelo bajo sus pies, una enorme mole de tierra se acumuló frente a sus ojos, luego fue tomando forma humana poco a poco hasta quedar la bella figura acostada en el piso. Criatura divina, sorprendente de ver, grande, fuerte, hermosa. La criatura se incorporó y miró con terribles ojos a su invocador. Luego se le acercó, de un golpe con su poderosa mano lo derribó y se fue corriendo tan rápido como pudo. Maestro y discípulo quedaron estupefactos. El maestro se aproximó al derribado alumno para ayudarlo a incorporarse.

-Sin duda la secuencia es correcta, no por ello la palabra.

Corrieron en busca de la criatura, finalmente la encontraron sentado en el desierto mirando las estrellas. "Ven" dijo el muchacho, y la criatura manzamente obedeció. "Estoy cansado, quiero agua" dijo el joven, y la criatura buscó agua y se la llevó para que tomara. A partir de ese momento obedecía cada orden que el joven le daba.

-Creo, maestro, que nuestra criatura, pese a nuestra imagen y semejanza, es sumamente inferior a nosotros, pues está subordinado y obligado a la obediencia se su creador.

-Pero no puedo explicarme, hijo mío, por qué te golpeó a penas se había incorporado y trató de escapar.

-Maestro, usted es el maestro, sin embargo permítame presentarle mis conjeturas. Creo que nada más ser creado, fue su única oportunidad de escapar de mis ojos, pero fracasó. Ahora jamás podrá librarse del yugo de la obediencia, el amor y la beneración hacia quien le dio la vida.

-Sólo Dios da la vida, hijo mío...

-¿Y qué haremos con él? Tiene algo de divino, pero no es Dios... no podemos matarlo porque se parece a nosotros, pero tampoco es como nosotros...

-Solo nos queda dejar que viva, y que trate de hacer su vida como mejor le paresca...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Wolfgang Lunae Salutem

No entiendo exactamente cómo pueden los sueños ser tú interior, como mencionas al inicio de tu carta, y ser independientes de ti, como desarrollas con detenimiento a lo largo de la exposición. Lo cierto es que, mientras la leía, no pude evitar recordar una leyenda de corte no muy antiguo, que me gustaría relatarte pues, tal vez, te ayude a develar un poco el misterio de tus sueños.

"En alguna ocación un grupo de amigos que viajaban en un vehículo, sufrieron un accidente. Entre los integrantes de este grupo había una pareja de jóvenes enamorados. Luego del accidente, la muchacha despertó desconcertada en su cama. No había sufrido ni un rasguño aparente, pero se sentía adolorida y confundida. Lo primero que hizo fue buscar a su amado. Tristemente, al llegar a su casa se encontró conque él había muerto en el accidente y sólo alcanzó a llegar a su funeral. Ella estaba debastada. Lloró durante varios días y noches sin que nada ni nadie pudieran consolarla. Finalmente, el agotamiento la venció y se quedó profundamente dormida. En sus sueños encontró a su amado, quien luego de llevarla por una maravillosa aventura le decía que todo estaría bien y le pedía que por favor despertara. Al despertar ella se encontraba nuevamente en su cama y debía afrontar la realidad de que él estaba muerto. Ella contó a sus amigos su extraño sueño y les decía que sentía que él en algún lugar seguía vivo, que podía sentirlo, pero ellos le dijeron que todo se debía al gran cariño que le tenía, pero que debía dejarlo ir.

"Sin embargo, cada noche, cuando ella dormía, soñaba con él, cada vez una nueva aventura. Viajes en barco, selvas, maravillosos lagos, animales exóticos. En fin, un sin fin de imágenes que ella vivía a lado de su amado. Pero sus sueños siempre terminaban de la misma manera, él le decía "Todo va a estar bien, pero por favor, debes despertar", entonces ella despertaba en su cama, triste y con una amarga sensación en el alma. Así transcurrían sus días, hasta que una noche pensó en enfrentarse a su sueño, intentar mantenerse conciente lo más posible durante su sueño. Aquella noche él se apareció descendiendo del cielo en una nube. Ella le dijo "¿Qué quieres? ¿Por qué me atormentas de esta manera? No es que me moleste verte en sueños, pero despertar es tan horrible que yo preferiría dormir para siempre para poder estar contigo". Él le respondió "No, yo estoy bien, estoy vivo, debes buscarme, mira, te diré un secreto, algo que sea real, algo que sólo yo sé y que tú podrás comprobar y te ayudará a buscarme. Antes del accidente yo había escrito una carta para ti, pero no te la entregué, está incompleta, la encontrarás en un cajón de mi escritorio, pero por favor, debes despertar ahora".

"La muchacha muy entusiasmada fue a la casa de su amado, buscó la carta en su escritorio y, efectivamente, ahí estaba la hoja de papel, con algunas palabras escrita, sin terminar. Ella contó a sus amigos lo que había vivido, pero ellos siempre le respondían que no guardara muchas esperanzas, que había grandes posibilidades de que en algún momento él le hubiera mencionado la existencia de la carta y que ahora ella lo recordaba en sus sueños. Pero ella no se dio por vencida, esperaba la noche para poder dormir y hablar con su amado. En su siguiente sueño ambos viajaron en un carruaje hacia el polo norte. Ella sentía mucho frío y él se quitó su abrigo, le dio un beso y le dijo: "por favor, debes despertar". Al despertar, se encontraba en su cama, pero esta vez algo fue diferente, el abrigo que él le había dado en su sueño cubría su espalda. El hecho la atemorizó, pero le daba una esperanza, debía buscarlo, debía encontrarlo. Nuevamente contó a sus amigos y les mostró el abrigo. Ellos le decían que ese abrigo era el que él llevaba el día del accidente, que muy probablemente se lo había quedado ella y que se lo había puesto inconcientemente antes de dormir.

"Pasaron muchos suceso extraños en su vida, pero no podía encontrar la respuesta. Y cada noche, sin excepción alguna, él la visitaba en sueños y le daba alguna pista, pero siempre le pedía que despertara. Entonces ella intentó hacer algo más, aunque sentía que ya se estaba volviendo loca. Mientras soñaba con él se sentía muy agusto, así que a la noche siguiente cuando él le pidió que despertara, ella le dijo: "No, esta vez no voy a despertar, necesito que me ayudes, que me digas donde estás, todos creen que estoy loca y yo misma siento que estoy enloqueciendo, así que por favor, no me obligues a despertar, no esta vez". Pero él le dijo: "Debes despertar, debes hacerlo ahora, por favor, debes despertar". Ella gritaba que no con todas sus fuerzas mientras el sueño se iba desvaneciendo y despertó, con toda la frente perlada de sudor, en su cama. Las noches siguientes ella trataba de mantenerse dormida, mientras él le insitía cada vez con mayor insistencia que despertara.

"Finalmente, una noche él se presentó en su sueño. Con una mirada triste y con lágrimas en los ojos le dijo: "Mi tiempo casi se ha terminado". Ella no entendía sus palabras. Ese fue el sueño más maravilloso que había tenido. Caminaron bajo una noche con el cielo estrellado. Al ver estrellas fugaces pidieron deseos. Se bañaron en un lago de agua azul, cristalina y luminosa. Al final se encontraron en la cima de una montaña, mirando como lentamente amanecía. El le dijo: "Yo tal vez ya no regrese..." ella lo interrumpió "pero ¿por qué? ¿Qué pasa? ¿Dónde puedo encontrarte? Por favor, no me abandones..." sin embargo él le dijo: "Mi tiempo se ha acabado, yo me tengo que ir, sólo quisiera que me hicieras un último favor: Despierta." Y así el sueño se fue desvaneciendo poco a poco. Aquella vez ella tardó muchisimo más en despertar, se aferraba con todas sus fuerzas a su sueño, pero poco a poco se fue acabando y no le quedó más remedio que abrir los ojos.

"Esa vez despertó en la cama de un hospital. Una enfermera la miraba estupefacta. "Por fin despertaste", le dijo. Ella creyó que se había vuelto loca y que estaba en un psiquiátrico. Le dijo a la enfermera: "Yo no estoy loca, no debo estar aqui". La enfermera le dijo: "No, no estás loca..." y se dedicó a narrarle lo que había sucedido: Ella, luego del accidente había permanecido en coma más de un año. Su amado iba todos los días a verla, le contaba historias, le leía libros, le decía cosas que sólo él sabía; los doctores creían que era eso justamente lo que había mantenido vivo su cerebro durante tanto tiempo, pero que no parecía haber ninguna mejora. También le contó que su amado tenía anemia, que luego del accidente perdió mucha sangre, lo que hizo que su enfermedad evolucionara a leusemia, y que cada día que iba se veía más débil y demacrado y que finalmente, había muerto la noche anterior, no sin antes ir a despedirse de ella y pedirle, como todas las noches, que por favor despertara"

Me parece, mi estimada amiga, que mucho me he extendido en mi narración, sin embargo consideraba importante no omitir ningún detalle. Espero que sea de utilidad para tu cacería de sueños.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Vicente Nario

Ha llamado mucho mi atención el hecho de que apartir del mes de enero todo se ha ido transformando lentamente en bicentenario. Está el "circuito bicentenario", todas las autospistas son "2010", las películas bicentenarias... en fin, ¿para qué enumerar una lista que de antemano todos ya conocen?

Más impresionante para mí fue ver en la televisión la publicidad del "refresco para celebrar el bicentenario". Ciertamente el festejo que proponen nada tiene que ver con alguna fiesta patria, más bien parece la excusa perfecta para no ir a trabajar y embriagarse. Nada veo de malo en ingerir alcohol desmedidamente, lo que sí se me hace tonto es necesitar una excusa para ello.

Pero lo más indignante, y que es objeto de esta epistula no son todas estas cosas que el mismo estado patrocina, sino lo que se vive a diario, entre la gente común, la gente del subsuelo. Claro, me refiero al sistema de transporte colectivo. Ya que ha comenzado a circular entre tan finisimos vendedores el "disco Vicente Nario" para celebrar este 15 de septiembre. Contiene, como no podía faltar, lo mejor de las bandas con los temas más actuales del narcotráfico; música electrónica "pa' bailar", llegada directamente de los "Iunaites" (muy mexicana, por cierto); "lo nuevo y lo mejor" del pacito duranguece; en fin, toda una avalancha de exitos, en un formato mp3 para aglutinar el mayor número de canciones posibles en alta calidad de audio, total y completamente pirata.

Me parece en verdad alarmante, no sólo por las implicaciones negativas que ya de por sí tiene la piratería, sino porque además (este aglomerado de conjunciones es a propósito, para que el asunto paresca de mayor gravedad) me fue posible darme cuenta que la mayoría de la gente no tiene idea de qué está festejando. Sí, claro, el bicentenario de la independencia, pero nadie sabe de qué se trata en realidad y todos lo ven como la fiesta en la que todo México se detiene, uno no debe ir a trabajar y se tiene el día libre.

Me causa gran pesar en el corazón vivir en un país en el que la historia es historia. En el que no falta quien crea que se está celebrando a un tal Vicente y que piense que es pariente de Fox. En el que la gran mayoría piensa que "con un refresco se pasa una buena fiesta, porque los mexicanos sabemos festejar". Se me quedó grabada en la cabeza la publicidad de dicho anuncio: "hemos esperado doscientos años para esta fiesta"... claro, pero luego de doscientos años de espera, ya poca gente sabe qué se está festejando y pocas personas toman conciencia de ello.

Me despido con un cordial saludo, caros amigos que lean este intento por desahogar mis penas, y por comenzar un experimento que tal vez sea muy probechoso para quienes deseen continuar con ello.

Con cariño, Wolfgang (Todos saben como me llamo, así que no critiquen el hecho de que no quiero que sea público mi nombre).