Había llovido toda la tarde, no había parado ni un minuto. En algunos intervalos la lluvia parecía menos densa, pero luego volvía con su anterior intensidad. Yo andube un rato entre las calles desiertas, caminaba a buen paso, pero sin prisa. Finalmente me detuve bajo un quisco en medio de una pequeña plaza. Mi cabello escurría por mi rostro mi gabardina estaba empapada. Me quité los cabellos de los ojos y entonces la vi, estaba parada de espaldas a mí, mirando como caía la lluvia en la plaza. Parecía una estatua, inmovil, eterna, perfecta. Una ráfaga de aire gélido la obligó a voltear la cabeza hacia donde yo me encontraba. Entonces me miró.
Mi cuerpo mojado se estremeció al sentir el aire golpear directamente, mas mi espíritu inamovible se estremeció al encontrarse mis ojos con los suyos. Ella sonrió tímidamente, luego se acercó a mí y dijo con una voz apenas audible "estás mojado". Yo sonreí también, pero no le devolvía la sonrisa, fue más bien el reflejo escuchar la obviedad de su frase. No dije nada, pero la miré fijamente. Pensé que mi mirada tal vez le resultaría incómoda, pero no podía evitarlo, era como contemplar una pintura, ella estaba frente a mí, mis ojos la enfocaban claramente, detrás sólo la lluvia algo diseminada por el efecto óptico. Ella sostuvo mi mirada un momento, luego desvió la vista y dijo como para sí misma "llueve". Yo volví a sonreir. Quise decir algo, pero nada salió de mi boca, quería acariciar su mano, quería abrazarla. Ya no era una niña, como el día que la conocí. Y ahí una extraña paz invadía mi ser, mientras mi cuerpo tiritaba por el frío.
"No ha dejado de llover en toda la tarde" Dijo, "no me he podido mover de aqui, no quiero mojarme" Yo sonreí. Ella se acercó un poco más, sacudió mi cabello, y añadió "deberías quitarte la gabardina, está escurriendo". Entonces yo levanté una mano, acaricié su mejilla, luego tomé una de sus manos entre las mías, la bese, hice una profunda reverencia, di vuelta y caminé nuevamente bajo la lluvia...
jueves, 22 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La lluvia es mágica... y supongo que un encuentro como ese lo es más.
ResponderEliminarmisterioso, me gustaría poder explotar mi mutismo de esa manera de vez en cuando
ResponderEliminar