Una imagen etérea y distante
síncresis de Atenea y Afrodita;
noche, visión que aparece, tirita
se desvanece luego en un instante.
¿Acaso fue solo un sueño aparente
tu cálida mano a mi piel adscrita,
tu dulce mirada fantasmagórica
que mis ojos ven y mi tacto siente?
Aunque en la oscuridad es luminosa,
con un tenue rayo de luz parece
tornarse en una sombra moribunda.
Y no obstante que la visión perece,
este fuego en mi pecho no se apaga,
vive en mi
pensamiento eternamente.